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lunes, 18 de enero de 2016

EN LA CALLE .....



Un profesor de religión conoce a un sin techo en Santiago de Compostela, establecen una amistad y un buen dia decide llevarlo a su clase de religión en un instituto de bachillerato para que diera su testimonio. Al final de la clase, un alumno escribe el siguiente relato:
 El viernes 16 de enero de 2015, tuvimos una clase diferente de Religión: –una persona sin hogar, que vive en la calle– nos deleitó con el relato de su vida personal, de cómo llegó a estar en esa situación. Y es muy importante que tengamos en cuenta que cualquiera de nosotros en un futuro podemos estar en la misma situación. Simplemente se tienen que dar una serie de factores que combinados pueden llevarnos desde “la cima de la montaña a lo más bajo de la misma”. Michael era una persona normal como cualquiera de nosotros: estudió en el colegio, llegó a la universidad y empezó la carrera de medicina. Llegado cierto momento, tuvo un enfrentamiento con su padre ya que este quería que estudiase una especialidad distinta a la que él quería. A raíz de esta discusión, Michael decidió marcharse de casa y buscarse la vida por su cuenta. De primeras se marchó de Berlín (su ciudad natal) a otra ciudad en Alemania con la intención de buscar trabajo, pero no encontró nada. Tomó entonces la decisión de viajar hasta Francia en donde entró en el ejército y perteneció a él hasta que no pudo continuar y se encontró de nuevo en la calle, sin estudios universitarios, sin dinero… Volvió en ese momento a Alemania donde estudió durante tres años para ser sastre. Una vez terminó, retomó la búsqueda de trabajo y nada, no lo encontró. Volvió a viajar fuera de Alemania y se marchó a París, donde pasó un tiempo tras el que se trasladó a Amsterdam, ciudad en la que vivió 12 años. Mientras estuvo en esta ciudad, se convirtió en un adicto a las drogas (heroína, cocaína…). Un día, se encontró en la calle con otro drogadicto con la ropa harapienta y el pelo largo y sucio… Fue en ese momento en el que vio lo que le esperaba si seguía por el camino que llevaba y tomó la heroica decisión de dejar las drogas. Después de esto, regresó a Alemania, donde insistió en la búsqueda de trabajo, pero no fue capaz de hallarlo. A la situación que vivía sin trabajo, sin dinero, sin estudios… se le añadió otro problema más: sufrió un hictus y un infarto, lo que hacía más difícil todavía que alguien le ofreciese un puesto de trabajo. Es después de esto cuando decidió marcharse a Barcelona y más tarde a Santiago de Compostela, en donde vive en la calle. La única razón que le animó a seguir intentando encontrar una ocupación fue su madre. Al pensar en ella era incapaz de robar o hacer otras cosas aparte de continuar con la búsqueda de trabajo. Al igual que le ocurrió a Michael, cualquier persona puede tener una familia, un trabajo, hijos… pero por problemas con la mujer, problemas laborales, problemas con los parientes, lo pierde todo y se encuentra de repente en la calle. Y esto no es algo irreal sino que hoy en día hay miles de personas en numerosas ciudades que viven en la calle en Alemania, Italia, Francia, España… Y vivir en la calle no está exento de dificultades: el ayuntamiento y la policía no quieren que estés allí; aunque acudas a un albergue durante la noche, durante el día no tienes más remedio que luchar contra las inclemencias del tiempo… El reto que nos propone Michael es evitar que lleguemos a esta situación, objetivo muy fácil de alcanzar si nos damos cuenta de que lo importante es el colegio, la educación. Y es importante porque hay una gran cantidad de jóvenes sin trabajo, y encontrarlo no es sencillo, pero sí necesario. Sin embargo hay muchos jóvenes hoy en día que no entienden la importancia de la formación y se dedican al consumo de drogas, alcohol, tabaco… que les impiden concentrarse en el estudio. Y ese no es el camino, ya que la vida no va a ser fácil y muchas veces los que lo pasan peor no son los que no tienen nada, sino aquellos que tenían pero que lo pierden todo. Sin ir más lejos, el propio Michael es hijo de un médico y ahora se encuentra en la circunstancia en la que se encuentra. Como conclusión, no debemos pensar que la calidad de vida de la que disfrutamos actualmente va a durar eternamente. Tampoco debemos ver a los que no la disfrutan como unos desgraciados. Simplemente tenemos que pensar en ellos como una muestra de que también nosotros podemos llegar algún día a estar en esa situación, respetarlos y no olvidarnos de qué es lo importante en la vida para no dejarnos llevar y acabar en situaciones que podríamos haber evitado.


lunes, 4 de enero de 2016

RAMON: MUERES COMO VIVES

RAMON
“mal y libre”


            El día 22 de Junio del dos mil doce, fallecia en el Hospital de Oza, en La Coruña, el recluso en libertad condicional, D. Ramón ...., profesión delincuente, aunque era un 'manitas' haciendo cosas de bricolage, y según contaba, incluso trabajo de pintor.
De hecho cuando le conocí en el módulo 11 de la carcel de Teixeiro me dijo que podía colaborar pintando lo que fuera. La cuestión es que los servicios sociales del centro penitenciario me habían pedido que hablara con él para que viera si me podía hacer cargo de la tutela en el caso de que se le concediera la libertad condicional. Y así fue, a las dos semanas lo acogí en mi casa de Teixeiro, andaba y se movía regularmente, le habían diagnosticado un cancer de pulmón irreversible.
Durante los meses que pasó en el pueblo, antes de sus repetidos ingresos hospitalarios, me llegó a contar algunas cosas, incluso gravó para un programa de la televisión de Galicia. Contaba que su madre al poco tiempo de nacer lo había abandonado en una casa cuna para que lo criaran, guardaba un recuerdo ambiguo amor/odio sobre las monjitas que lo sacaron adelante, a lo mejor porque usaba esto como excusa de "su vida", y siempre presumía como en sus tiempos jóvenes le tocó correr delante de los grises, como él los llamaba. Su vida fue un entrar y salir de la prisión, recorrió varias cárceles en el territorio nacional, con Franco y en democracia. El decía que había viajado mucho, pero la verdad es que lo que más conocia eran las cárceles de los lugares en los que estuvo. A sus 68 años, estaba enfermo e incluso lloraba cuando pensaba algo en su situación personal, "salir de la carcel para morir”, solía repetir.
 En el pueblo se le trató con mucho cariño y se le ayudó, aunque su carácter, ahora debilitado, era de trato difícil. El cáncer puso fin a una vida desperdiciada, también una vida en la que la fortuna no le sonrió, podía haber cambiado, pero prefirio heredar las 'costumbres' y 'hacerse fuerte' en un mal del que no supo librarse, incluso llegaría a pensar que la vida era así y él le respondió de la misma manera. 
No se que pensar, ahora que estoy escribiendo ésto, me niego a creer que se nazca para ser una mala persona, incluso dudo ya, si era una mala persona, lo que si sé,  es que la vida no le trató bien, pero él tampoco quiso hacerse querer por la vida, por el mundo, la sociedad. Guardaba en su interior una malicia vengativa que le dominaba, aunque por el contrario tenía una facilidad de palabra para convencer, como si fuera una trampa para ir ganándote, era manipulador.
Me alegro de haberle conocido, de poder ayudarle,  cuando le llegó la muerte, lo primero que pensé es que 'pobre vida'; una muerte en una cama de un hospital,  sin tener a nadie a quien llamar, sólo un cura al que había conocido en la cárcel. No recuerdo nunca haberle escuchado que se arrepintiera de la vida que llevó.
La cuestión es que fue libre y uso esa libertad "como quiso y como el mundo le dejó". Murió sin importarle nada, de la misma forma en que vivió.  Ese día apliqué la misa por su alma, que el Señor perdone sus pecados y su vida nos sirva a muchos como testimonio de lo que no hay que hacer.


“no usó bien su libertad, se hizo esclavo de ella, vivió mal, fue un delincuente, de los más conocidos en el mundo carcelario, salía y volvía a entrar, tenía una cierta malicia, no se si nació con ella, o la heredó del mundo, pero dirigió su vida, libremente lo quiso así, infringió las normas del mundo, de la sociedad cuando quiso, no se si por necesidad, pero con libre alvedrío, consciente de lo que hacía, y así murió, negándose a aceptar la muerte, creo que le sorprendió, en su interior no la esperaba, se negaba a aceptar la realidad, quizás esa fue su linea de vida, la rebeldía frente a un mundo que no puedo manipular”


No quiero terminar este pequeño relato sin contar la última que hizo. Estando viviendo ya en mi casa, un buen día me digo que se quería comprar una moto, porque ya  le costaba trabajo caminar; y así lo hizo, no sin antes haberle expresado mi negativa, al creer que no iba a ser capaz de conducirla, y de hecho así fue, se compró una buena moto, le llamaba él una "vespa moderna".
Con el paso del tiempo, un día le comenté: "ves, has comprado la moto y ahora no la usas". Ramón, muy astuto, y pensando que si se moría, el cura, -o sea, yo- se podría quedar con la moto, tres semanas antes, se la regaló a una chica de un bar del pueblo; y así cumplió la promesa que me había hecho.
Entre la muerte y este episodio, me llamaron un del hospital, -Ramón había ingresado hacía un par de dias - y me dicen: "le comunicamos que Ramón se va hoy para casa, gracias a Dios, y cuelgan el teléfono". Me quedé pensativo, preguntándome si había ocurrido algo; más tarde, me enteraría de que sus estancias en el hospital, aunque cortas, eran intensas para las enfermeras, sus palabras, el rencor hacia el mundo, le habían hecho una persona bastante dificil de tratar.
Al día siguiente de haber fallecido, me llaman los servicios sociales del hospital, para que me hiciera cargo del cadáver y de sus objetos personales, entre ellos dinero, no mucho, y tengo que reconocer que no fui capaz de hacerlo, le pedí que siguieran el cauce legal, lo último que sé, es que al estar empadronado en el Concello de Ferrol, fueron los servicios sociales del lugar los que le dieron sepultura al cadáver.



Por Manuel Garcia Souto
Capellán Centro Penitenciario 

sábado, 2 de enero de 2016

Proyecto Borrador de Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria


            La pastoral penitenciaria es la acción de la Iglesia con todos aquellos privados de Libertad. Comprende el acompañamiento intra-muros, una lucha por la prevención de esa pérdida de libertad, y la ayuda en el regreso y reinserción a la sociedad, una vez cumplida la pena.
            Es la acción humanizadora y sanante de Jesucristo con el que ha sido apartado de la sociedad. Humanizante porque hay que reconstruir a la persona que todo ser humano tiene derecho a ser conforme a la dignidad que Dios confiere a todo hombre. Sanante porque hay que cicatrizar las heridas abiertas en el penado.
            La pastoral penitenciaria aspira a ser una pastoral de la Justicia y la Libertad de todo ser humano.

Toda pastoral atiende a la persona en su integridad, la penitenciaria lo hace con mayor frescura en tanto que se trata de hombres y mujeres carentes de libertad de movimiento, su dependencia  es mayor y esto provoca en el voluntariado un viveza de acción al sentirse útiles hacia los demás.
Esta atención integral es una atención religiosa, social porque necesitan el acompañamiento y ayuda en el uso del tiempo de condena  y también jurídica, porque se trata de que el condenado lo sea en justicia, ni por defecto ni por exceso, y porque, aún condenados y sin libertad, siguen siendo hombres y mujeres con derechos.


En el Arzobispado de Santiago de Compostela los campos de trabajo de la pastoral penitenciaria son en este momento:
            Centro Penitenciario de Teixeiro
            Centro de Inserción Social de A Coruña
            Centro de Menores de A Coruña
            Zona de custodia en el CHU de A Coruña

En la actualidad la pastoral penitenciaria cuenta con el siguiente equipo

CENTRO DE TRABAJO: CARCEL DE TEIXEIRO
Hace diez años, el trabajo en prisión era la labor de un Capellán. Hoy no se habla del Capellán, se habla de Pastoral Penitenciaria.
Este equipo comprende al capellán del Centro y un grupo de voluntarios, los cuales se reparten:
            - Cuatro voluntarias que aportó Cáritas Diocesana, la una hace acompañamiento en el módulo 13 y en el de aislamientos, otra tiene un taller de costura en el módulo de mujeres, otra en clases de apoyo en el módulo 6 y la útlima es la abogada para asistencia jurídica.
            - Igualmente y fuera de prisión, cáritas diocesana tiene un piso de acogida para permisos de los reclusos en donde emplea una trabajadora social contratada, con un voluntario de apoyo.
            - Un sacerdote y un laico atiende los módulos 1 y 2. El laico lo hace semanalmente y el sacerdote en ocasiones puntuales y solo en cuestiones litúrgicas.
            - un sacerdote de mondoñedo, atiende los módulos 8 y 9 en su integridad y acude un día por semana.
            - Un sacerdote acompañado de una voluntaria atiende los modulos 14 y 9 y lo hacen una vez por semana
            - Un sacerdote atiende los módulos 11 y 12 una vez por semana.
            - Una voluntaria de Curtis que da clases de apoyo también el módulo 6 complementado a la voluntaria de Cáritas Diocesana y a su vez colabora con uno de los sacerdotes.
            - Una voluntaria que atiende el módulo de enfermeria una vez por semana y colabora con uno de los sacerdotes para la atención relgiosa
            -dos voluntarias que hacen grupo, cubren el resto de módulos y a su vez se encargan de la labor de la liturguia, el coro, y desarrollan actividades puntuales en el salon de actos para todos los módulos: (ponen cine, hacen algo de teatro, hacen salidas programadas con internos, etc)
            - un voluntario de A Coruña que va a impartir un taller de misericordia en los módulos 3 y 4, una vez esté debidamente autorizado.
            - Y el capellán que hace algo de todo: recibe los paquetes de las familias, gestiona los permisos de aquellos que no quieren estar solos en el piso de acogida, permisos para algún matrimonio que quieren salir juntos, hace la burocracia con la institución, de puente con caritas, y atención religiosa a donde no llega el equipo de voluntario

  Actualmente el equipo esta compuesto de 18 personas, sigue siendo insuficiente, pero lo justo para hacer un buen trabajo. Se necesita potenciar el área jurídica, no tanto la social, porque es el campo de acción todas la ONGs, y sigue siendo preciso mas voluntarios en el área religiosa.

     

ZONA DE CUSTODIA EN EL CHU de A CORUÑA
            Es una zona del Centro Hospitalario Universitario de A Coruña, por el cual la administración sanitaria e instituciones penitenciarias acuerdan atender a internos enfermos, que necesitan hospitalización, y que a su vez garantice la seguridad que la condición de penado requiere. Actualmente cuenta con tres camas.
Juan Gonzalez Redondo, voluntario de Teixeiro, consciente del problema de atención de estos enfermos, sugiere una colaboración con la pastoral de la salud, y con la cual se llega a un acuerdo para tener dos voluntarios dedicados a esta labor. Actualmente ya tenemos un voluntario, se está buscando otro, luego procederemos a un periodo de formación junto con los capellanes del Hospital y para los meses de Febrero-Marzo, esperamos que esté el proyecto en funcionamiento.


CIS A CORUÑA
            No tenemos voluntarios, y todos los intentos de implicar a Cáritas Interparroquial de A Coruña, han fallado; ni siquiera hemos llegado a acuerdos para uso del piso de acogida.


CENTRO DE MENORES DE A CORUÑA
            Pendiente de firmar acuerdo con la Xunta de Galicia, desconozco si los menores cuentan o no con asistencia espiritual.




  

                PROPUESTA DE ORGANIZACION DEL SECRETARIADO

            La pastoral penitenciaria es un pastoral pequeña pero muy marcada, con matices muy característicos, se requiere una formación específica, como lo puede ser la pastoral de la salud, la pastoral del mar, y otras. Se enmarca dentro de la labor social de la Iglesia, por lo tanto, la situamos en una Delegación de Cáritas y Acción Social.



NOTA: Es verdad que algunas cáritas diocesanas, inclusive Cáritas Española, tienen programas de actuación con los privados de libertad, pero son programas de acción social y compatibles con la pastoral penitenciaria, pero quien realmente tiene la formación especifica de la persona y el mundo de la privación de libertad es el Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal.

La primera razón por la que nosotros debemos organizar un secretariado de pastoral penitenciaria, es precisamente ésta, NO DAR AL MUNDO LA IMAGEN DE UNA IGLESIA QUE ACTUA QUE TRABAJA EN UN MISMO CAMPO, SEPARADA Y DIVIDIDA POR LAS  MARCAS, la Iglesia de la cárcel es la pastoral penitenciaria.
Es un antitestimonio que la misma Iglesia, en una misma Diócesis, se presente en el mundo de las Prisiones, unos pocos como Cáritas y otros pocos como Pastoral Penitenciaria, sin coordinación y sin entendimiento entre ellos. Tampoco se trata de que Cáritas asuma las funciones de la Pastoral, ni viceversa, se trata de lo que se puede aportar en conjunto y bajo una coordinación. Esa coordinación es la Pastoral Penitenciaria, la cual implica a las otras pastorales diocesanas en la labor misericordiosa de visitar y atender a los cautivos, esa es la labor del director del secretariado de pastoral penitenciaria: acercar las cárceles a las parroquias y viceversa.

Es verdad, que el centro penitenciario de Teixeiro, cuenta ya con un buen equipo de voluntarios, pero falta un voluntariado en el Cis de A Coruña y en Centro de Menores de A Coruña, y que en este año de la misericordia, casi estamos obligados a llevar el proyecto a buen fin. Esta es la segunda razón por la que se debe organizar el secretariado: son cuatro lugares distintos que necesitan de alguién que coordine a los responsables de cada centro.


Nota: El piso de Reinserción es un proyecto de Cáritas Parroquial de San Cristovo das Viñas, por el que quiere dedicar lo que es la casa rectoral, para aquellas personas que al salir de prisión no tienen a donde ir y necesitan un periodo de 3 a 6 meses hasta que comiencen a tener autonomía propia. Ahora mismo, Cáritas Diocesana, colabora con la parroquia de San Cristovo en las obras de adecuación de la vivienda para una estancia de dos personas máximo.
Este proyecto surge cuando un chaval sale de prisión hacia el CIS de A Coruña y al verse solo en la vida y sin ayuda, decide pedirla a Cáritas Parroquial de San Cristovo, quiere un sitio para vivir  y que se le ayude a ingresar en un centro de desintosicación, como no tenían donde acogerlo, decidieron traerlo a mi casa a Teixeiro, y actualmente lo tengo aquí, a base de metadona, bajo seguimiento médico y en espera de ingreso en un centro de desintoxicación. Aquí fue cuando nación este proyecto.

En cuanto al Secretariado, hay que incidir también en lo necesario que es la labor de acercar la prisión a las otras pastorales diocesanas, por el bien de la propia pastoral penitenciaria, pero también por el bien de la propia diócesis, no podemos ignorar el mandato evangélico de atender y rezar por los hermanos presos.
El secretariado, razón siguiente, es necesario para esa coordinación de atención a este mandato evangélico de Mt 25,36.



 Manuel Garcia Souto
Capellán del Centro Penitenciario de Teixeiro