Los
adolescentes españoles en cifras[1]
España, un territorio dividido en 17 autonomías y las
provincias autónomas de Ceuta y Melilla, cuenta con una población de 46.624.382
habitantes.[2]
En lo que se refiere a
adolescentes entre 14 y 17 años, dentro de la población general, contamos con
1.785.304, entre chicos y chicas.
Por Edades
|
Chicos
|
Chicas
|
Total
|
14 años
|
221.475
|
209.518
|
209.518
|
15 años
|
224.050
|
211.443
|
211.443
|
16 años
|
232.573
|
218.948
|
451.221
|
17 años
|
240.440
|
226.870
|
467.310
|
Total
|
918.546
|
816.763
|
1.785.304
|
Dentro de esta población
general de 1.785.304 adolescentes españoles entre los 14 y 17 años, no todos
gozan de una situación familiar, de educación, etc. satisfactoria para su vida;
hay dos grupos dentro de esta población que requieren una atención especial:
1.- Un grupo se encuentra en situación de riesgo,
desamparo y tutela. A este grupo le ampara legalmente la Ley de Infancia y
Adolescencia del año 1996, y recientemente reformada.
2.- Y el segundo grupo, son los que han cometido delitos
o faltas, y técnicamente se les denomina adolescentes
infractores o en conflicto con ley (5/2000 BOE 12 de Enero) y titulada Ley
Reguladora de la Responsabilidad Penal del Menor. A este grupo, es al que nos
vamos a referir en el presente artículo.
1.- Adolescentes
infractores o en conflicto con la Ley
Los datos estadísticos últimos conocidos son del final de
Septiembre de 2015 y publicados por el Instituto Nacional de Estadística, y
referidos al año 2014.
1.1.- Infracciones penales y su tipología
En el año 2014 se inscribieron 25.717
infracciones penales, de las cuales el 62,3% fueron delitos y el 37,7% faltas.
En cuanto a los delitos, la
mayoría fue por robos (39,7%) del total, siguiéndole la de lesiones
(17,59%) y la de torturas y contra la
integridad moral (10,2%).
Fijándonos en las faltas
contra las personas fueron el 60% y contra el Patrimonio el 36,1%.
1.2.- Por sexo, edad y nacionalidad
Los chicos cometieron más del 80% de las infracciones
penales y las chicas no llegaron al 20%.
Del total, un 76,5% las
cometieron jóvenes con nacionalidad española y un 23,5% jóvenes extranjeros. En
cuanto a la edad los de 16 y 17 años, casi doblan a los de 14 y 15 años. En
este caso, si nos fijamos en los datos generales de población, observamos que
los adolescentes de entre 16 y 17 años, son también más numerosos que los de 14
y 15 años.
Tabla 1. Estadística por
provincias
Estadística de condenados:
Menores. Año 2014. Resultados por provincias
Provincias
|
Ambos sexos
|
Hombres
|
Mujeres
|
La Coruña
|
272
|
186
|
86
|
Lugo
|
61
|
47
|
14
|
Orense
|
63
|
52
|
11
|
Pontevedra
|
94
|
78
|
16
|
Total de España
|
15048
|
12.147
|
2901
|
Tabla 2. Estadística por
autonomías
Estadística de condenados:
Menores. Año 2014. Resultados por Comunidades
Comunidad
Autónoma
|
Número de delitos
|
Andalucía
|
3.398
|
Aragón
|
274
|
Asturias
|
280
|
Baleares
|
550
|
Canarias
|
728
|
Cantabria
|
218
|
Castilla
y León
|
886
|
Castilla-La
Mancha
|
710
|
Cataluña
|
1800
|
Valencia
|
2411
|
Extremadura
|
433
|
Galicia
|
490
|
Madrid
|
1257
|
Murcia
|
554
|
Navarra
|
206
|
País
Vasco
|
508
|
La
Rioja
|
134
|
Ceuta
|
132
|
Melilla
|
79
|
Tabla 3. Evolución en España
y en Galicia en número de delitos
Infracciones Penales
|
2009
|
2010
|
2011
|
2012
|
2013
|
2014
|
España
|
17.522
|
18,238
|
17.039
|
16.172
|
14.744
|
15.048
|
Galicia
|
473
|
790
|
756
|
657
|
541
|
490
|
2.-
Consideraciones
Después
de esta serie de datos, nos vamos a fijar en los sujetos, que son seres humanos
y al igual que nosotros tienen necesidad amar y ser amados, de hacer y que se
les reconozca lo poco que hagan, de celebrar todo acontecimiento por pequeño
que sea, así como de creer en algo o en alguien.
2.1.- ¿Quiénes son?. Rasgos comunes
Se trata de adolescentes con edad entre 14 y 17 años, con
carencias afectivas, familiares y sociales; en algunos casos con carencias
materiales, culturales y espirituales. Presentan perturbaciones de su
personalidad y modelos negativos en su ser y hacer. Son inseguros, inestables y
tachados de conflictivos. Para reafirmar su propia personalidad y conseguir
prontamente lo que desean, responden con conducta de rebelión, oposición y
enfrentamiento.
Sus niveles de relación son
difíciles con adultos, iguales, familia e instituciones. Bajo control de sus
impulsos, poca tolerancia a la frustración y obsesionados por tener cosas, no
importándoles los medios para conseguirlas, ni midiendo las consecuencias de
sus hechos.
Con poca paciencia ética y
moral, todo lo justifican: el robo, el sexo y los daños. Son propensos a buscar
escapatorias en la droga, en el sexo, en las nuevas tecnologías; promiscuos y
afectividad mal vivida, prácticas sexuales de riesgo y muy tempranas. A veces
manifiestan sentimientos de impotencia, inferioridad y fatalidad. Rotos y
desestructurados por dentro.
Las medidas de los jueces
las consideran injustas; no admiten su culpa y se rebelan contra las
estructuras y personas que las dirigen. En unas se acomodan y de otras intentan
fugarse.
2.2.- ¿De dónde vienen?
De una sociedad que lo ha acogido. Esta sociedad se
encuentra polarizada y en ella predominan los valores de materialismo,
prepotencia y exclusión; donde se descuida el cultivo de los valores humanos y
religiosos. Como seres humanos, algunas
veces estos adolescentes están sujetos a tener limitaciones, equivocarse y
hacer el mal, pero con enormes posibilidades de cambio, poniendo los medios;
las primeras deben ser superadas y las últimas potencializadas con el fin de
lograr el desarrollo integral de la persona.
La sociedad que los acoge es
anonimizadora, no presta atención a la persona concreta, donde todo se quiere
alcanzar sin esfuerzo. Una sociedad que pierde de forma creciente su
responsabilidad, y donde los niños y adolescentes viven demasiado tiempo solos
y los adultos viven contrarreloj. Se ha perdido el tiempo dedicado al
encuentro, diálogo y escucha. Nuestra sociedad se ha colocado en el ansia de
tener, sin mirar los medios, con poca conciencia ética y moral, se forma desde
pequeños a los hijos en los hábitos de subir pisando, realizarse y que nadie
los supere. Se fomenta el culto al cuerpo y el disfrute sin frenos. Dentro del
cuerpo social ha perdido fuerza moral: desde la corrupción, no se pueden exigir
los valores éticos, cívicos y religiosos.
Nuestra sociedad es
excesivamente permisiva, que en aras de una sociedad mal entendida crea en los
niños y adolescentes el convencimiento de que todos sus deseos deben cumplirse
"ya, cuando "no", hay que revelarse violentamente contra quien
pretende ponerles freno.
2.3.- Viven normalmente en familia
Al hablar de la familia, ordinariamente nos encontramos
con dos modelos de familia: las
multiproblemáticas y desestructuradas y por otro lado, las familias
normalizadas y pudientes.
A.- Las Multiproblemáticas
y Desestructuradas
Familias con bajo índice económico, social y
cultural y en disonancia educativa. Con poca organización de vida, con ausencia
de controles y límites, donde en algunas se practica la violencia psíquica,
física y sexual.
Familias monoparentales en
las que se observa soledad y sobreprotección. Familias en las que en los
conflictos se usa los hijos como arma arrojadiza contra el otro cónyuge. En
algunos casos, en las uniones de diversa índole, se aporta al núcleo familiar,
hijos de anteriores uniones y, a veces, no a todos se les atiende de la misma
manera.
Algunos progenitores sin
medios y en paro, sin poder dar alimentos y educación a los hijos. En algunos
casos, se da el hecho de que algunos no quieren trabajar, viviendo de los
trapicheos y obligando a sus hijos a practicar la mendicidad, privándoles de ir
a la escuela.
Familias que dejan que sus
hijos sean educados por los medios visuales, auditivos y técnicos. Familias en
las que sus progenitores han sido juzgados y encarcelados.
B.-
Familias normalizadas y pudientes
Formadas por uno o dos hijos a los que nada
les suele faltar. Familias que no tienen carencias de medios materiales, pero
que se desentienden o despreocupan de sus hijos so pretexto de trabajo o de ocio,
dejándolos solos a merced de los amigos
y pandillas y del uso indiscriminado de las nuevas tecnologías, sin
prever ni estar atentos a los peligros que éstas les pueden causar.
Familias acomodadas y de
buena situación donde las cosas han suplantado a los valores y el ansia de
tener y aparentar ha oscurecido la necesidad de Ser; donde sus hijos reciben de
todo menos presencia, atención y amor, encontrándose con hijos insatisfechos
donde sus respuestas son insultos y toda clase de vejaciones, viéndose obligados
a denunciarlos ante los tribunales; a este hecho grave, antinatural,
progresivo y ascendente, se le denomina violencia filio-parental, a la que
prestamos especial atención.
2.4.- Violencia filio-parental
Es aquella violencia que es ejercida por los hijos
adolescentes, varones o mujeres, menores de 18 años, contra sus progenitores, o
a quienes hacen sus veces: abuelos, tutores, guardadores. Y se trata de una
violencia hecha de forma intencional, consciente y reiterada, con la finalidad
de utilizarles, atemorizarlos y obtener pode, control y dominio sobre sus
víctimas y así poder conseguir lo que desean, causándoles sufrimientos y daños
de orden físico, psicológico y económico.
- Los daños físicos suelen consistir, si no es verbal, en
empujones, golpes y agresiones; y si es
verbal, en insultos graves y amenazas.
- Los daños económicos, en rotura de los objetos
apreciados por los padres, robos y deudas, que en razón de su minoría de edad,
los padres deben responder ante dichos daños.
- Los sufrimientos y daños psicológicos son los de la
rotura del equilibrio emocional de la víctima, desvalorizándola, bajando su
autoestima, ocasionándole sentimientos de fracaso o frustración, por no saber o
poder educar y socializar a sus hijos.
En general, se trata de
adolescentes varones en casi un 80%, frente al 20% de las chicas, que, aunque
no es tan violenta, su actuar es más refinado, atacando sentimientos, llegando
en muchas ocasiones a afectar seriamente el equilibrio psíquico de los
progenitores o de quien se responsabiliza de ellos.
La violencia de unos y
otras, se suele desarrollar en el hábitat de las familias aparentemente
normalizadas, de clase media-alta, con abundantes medios económicos y
posibilidades de orden educativo y cultural.
Si nos referimos a las
edades, suelen darse en algunos casos en la etapa del final de la adolescencia,
pero en donde más predomina es entre adolescentes de 14 a 17 años.
Las víctimas
mayoritariamente suelen ser de género femenino, en razón de su menor fortaleza
física y de estar más tiempo con ellos.
En cuanto al perfil psicológico, participan de muchos de
los rasgos expuestos anteriormente sobre la conflictividad en general en
adolescentes, pero añadimos algunos específicos para este tipo de violencia
filio-parental:
- Búsqueda del propio interés sin tener en cuenta los
modos de conseguirlo.
- Crecen en la idea de que ellos son los únicos.
- Sin conciencia ni aceptación de existencia de normas
que regulan la convivencia.
- Donde los "otros" son solo un instrumento para
satisfacer sus deseos y cuando encuentran resistencia tienden a anularlos de la
forma que sea.
- Solo les preocupan sus puntos de vista y necesidades
que cubrir.
- El edificio familiar lo consideran como un alojamiento
con todas las ventajas y ninguna exigencia a cumplir.
- Su socialización se realiza con sus iguales y colegas.
- Normalmente estos adolescentes han crecido en un
entorno donde nadie es capaz de poner coto a sus apetencias y delimitarles los
márgenes de lo permitido. Donde los padres no se encuentran en una situación de
saber decir "no" e imponer sus criterios.
Junto
a este comportamiento violento, no entramos a analizar la violencia
intergeneracional entre adolescentes, ni la violencia ejercida tanto por los
padres como por los hijos contra los profesores y educadores.
2.5.- La escuela
La escuela, como lugar de formación y socialización, es
un ente donde falta reconocimiento de su acción social, donde en algunos casos
faltan criterios educativos estables, en razón de los cambios continuos de los
planes de estudio, donde existe a veces un divorcio entre la familia y la
escuela, y cuando los padres se acercan a ella, es a defensa ultranza de sus
hijos ante comportamientos inadecuados, desautorizando la labor del profesor.
Ella misma se considera poco vocacionada y no del todo bien pagada, a veces se
implica en la atención preferencial al diferente con una educación a la medida,
donde esta clase de adolescentes la sufre y la aguanta, interesándoles poco lo
que se les quiere enseñar, y en cuanto pueden, la abandonan.
En su acción educativa
predomina más el orden y la disciplina que la creatividad, participación y la
enseñanza activa-experiencial, se defienden más los éxitos académicos que el
crear hábitos de ayuda y solidaridad.
2.6.- La calle
Para muchos de estos que
llamamos infractores, la calle es el todo, algunos hacen de ella su hogar. Las
gradas de las iglesias, los respaldos de los bancos, de los parques, pasan
mucho de su tiempo, lo mismo que la familia, la escuela y el trabajo. La calle
es usada como lugar de intercambio de todo, es su lugar de socialización, donde
se encuentran bien con sus iguales sin hacer nada, sintiéndose libres en el
anonimato.
Para ellos es la universidad
de la vida, por cuyo campus deambulan haciéndose notar con el deseo de no ser
tragados por la moda y la técnica, aunque acaban siendo esclavos de ellas.
En grupo no se cortan, se
hacen ver mediante pintadas y vestimenta identificadora, defienden su
territorio y se manifiestan reivindicadores.
2.7.- La Iglesia
Muchos por costumbre familiar o social recibieron el
bautismo y, algunos, la primera comunión. Pero la Iglesia ha estado
generalmente ajena a su realidad y a veces ha practicado más el juicio que la
acogida y la misericordia. Mayoritariamente a estado ausente a su ser y maneras
de comportarse con la impresión de que poco o nada se puede hacer. A algunos, sí se les ofrece lugares donde estar
y relacionarse, pero se tiene miedo de hablarles de un Padre Misericordioso y
un Jesús amigo. En muchos de ellos, la visión de iglesia suele ser negativa y
pasan de ella.
Ante esa persona sujeto de
derechos y deberes que hemos señalizado y sus circunstancias de sociedad,
familia, escuela e iglesia, trabajo no falta, alguien nos necesita.
3.-
Tareas a realizar
3.1.- Humanización
Al hablar de humanización nada mejor que partir de lo que
San Francisco nos dejó dicho y escrito:
"Señor,
haz de mi un instrumento de tu paz, que donde haya ponga yo amor, donde haya
ofensa ponga yo perdón, donde hay discordia ponga yo unión, donde hay error
ponga verdad, donde hay duda ponga fe, donde hay desesperación ponga esperanza,
donde hay tinieblas ponga luz, donde hay tristeza ponga yo
alegría. Que no me empeñe tanto en ser
consolado como en consolar, en ser comprendido como en comprender, en ser amado
como amar, pues dando se recibe, perdonando se es perdonado, y muriendo a ese
camino equivocado, se resucita a una vida de dignidad".
Priorizando:
- Humanizar las leyes y a quienes las interpretan y
aplican
- Pasar de una justicia punitiva, retributiva, a una
educativa y restaurativa, que supone abandonar el sistema punitivo y avanzar hacia
uno restaurativo. Si yo hago daño, la solución a ese daño ocasionado no está en
cumplir una pena, más bien, estará en resarcir el daño hecho.
- Luchar para que ese adolescente en desventaja social se
le reconozca como una persona en proceso de desarrollo y maduración, con
capacidad de equivocarse y enmendarse; con unos derechos reconocidos y
posibilidad de cambio que sabe reconocer sus errores, pide perdón y está
dispuesto a reparar.
- Al aplicar las medidas en los Centros hay que fijarse
más en que se trata de un adolescente en desarrollo, que de un número de
expediente que se abre.
- Que en razón de su libertad tienen la capacidad de
aceptar y rechazar lo que se le ofrece a costa de su bien o de su mal. A
nosotros nos queda el acompañar y orientar, para que desarrolle hábitos y
habilidades personales y sociales que le ayuden a cambiar sus malas conductas y
pueda insertarse lo más pronto posible a su entorno familiar, pueblo o barrio.
- Entre esas habilidades están la relación con los demás,
la expresión de sentimientos, hábitos de estudio y trabajo y resolución de los conflictos que mantenga
con su familia y sociedad.
- También reconocer los hechos que se le imputan, si
realmente los ha cometido, y conocer sus derechos y deberes.
- Ayudar a conocer y desarrollar las capacidades
dinamizadoras y socializadoras que pueda poseer como base para su estabilidad
emocional.
- Reforzar sus conductas de sinceridad y lealtad y saber
controlar y encauzar su agresividad cuando aparezca o se presente.
3.2.- Reforzar las conductas
- A los que la medida del juez ha sido internamiento, el
objetivo no es el estar, sino el salir, en orden a una eficaz inserción.
- Potenciar y mejorar si es necesario la relación con su
familia y su entorno.
- Contactar con la familia del adolescente, ya sea cuando
ellas vayan a visitarle o nosotros nos acerquemos a visitarlas.
- Conocer las zonas barrios y amistades de donde proceden
con el fin de descubrir las posibilidades reales de inserción.
- Recabar de la familia su disposición a aceptarle, darle
apoyo y colaborar en su proceso reeducativo.
- Llegado el momento de la salida del régimen de
internado, si están dispuestos a acogerlo, exigiéndole unas pautas de
comportamiento y formación que impida la reincidencia.
3.3.- Formación
Dios, queriendo formar a su imagen y semejanza al hombre,
lo hizo con el barro de la tierra y luego, dándose cuenta que éste estaba sólo,
formó la mujer y les dotó de facultades y cualidades innatas.
Recibidos todos esos dones
gratuitos, ellos quisieron tener la sabiduría de Dios, quebrantaron el mandato
de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal y fueron expulsados del
paraíso, perdiendo todos los privilegios y cualidades que gratuitamente de
forma innata y sin esfuerzos se les había dado.
En adelante, se les crean
necesidades, y para subsistir tienen que formarse y trabajar el día a día con
el sudor de su frente.
Estos adolescentes (como
nosotros) tienen unas necesidades que para superarlas será necesario partir de
unos valores y mantener unas actitudes.
Necesidades
|
Valores
|
Actitudes
|
Alimentarse
|
Descubrir
el valor del alimento
|
Dietética,
templanza, preparación culinaria
|
De
actividad - hacer
|
Expresión
corporal, ejercicio y se le reconozca lo que hace
|
Deportividad,
atletismo, ejercicio y movimiento
|
Salud
|
Sentirse
bien y bienestar
|
Higiene y
prevención
|
Multiplicarse
|
Amar
y ser amado, afectividad y quererse
|
Amor,
atracción y contención
|
Seguridad
|
Entendimiento,
defensa y paz
|
Confianza,
justicia y diálogo
|
Creatividad
|
Trabajo
y esfuerzo
|
Espíritu
de trabajo, solidaridad e imaginación
|
Estimación,
reconocimiento y valoración
|
Prestigio
y bien decir
|
Dignidad
personal, respeto y humildad
|
Autonomía
y libertad
|
Civismo,
educación y criterio
|
Liberación,
sinceridad y responsabilidad
|
Orden,
limpieza y belleza
|
Expresión
artística y armonía
|
Amor
a la naturaleza, ecología y admiración
|
Pertenecer
a un grupo
|
Relacionarse,
comunicación y diversión
|
Diálogo,
tolerancia, altruismo y apertura
|
Celebrar
|
Fiesta
y alegría
|
Corazón
abierto, participación y respeto
|
Autorrealización
|
Autoestima
|
Sentirse
bien
|
Trascendencia
|
Fe
y esperanza
|
Abiertos
al espíritu
|
Amistad
|
Disponibilidad
y cordialidad
|
Confianza,
cooperación, comunicación de bienes y saber perder
|
a) Formación básica
- Incrementar sus niveles culturales compensando las
deficiencias y procurando el adecuado progreso
- Eliminar actitudes de rechazo fomentando el interés, la
motivación y el esfuerzo
- Procurar la adecuada integración, partiendo de sus
niveles reales de conocimientos
- Mitigar las deficiencias y el fracaso escolar que
presentan
- Afrontar sus dificultades específicas de aprendizaje
con una ayuda cercana y personalizada de las tareas
- Entrenar al adolescente en hábitos y técnicas de
estudio
- Promover inquietudes personales que favorezcan la
necesidad de formación
- Formación para la salud: hábitos saludables, sustancias
nocivas, afectividad, equilibrio emocional, manejo del conflicto
b) Formación Laboral
- Desarrollar y potenciar autonomía y responsabilidad en
la preparación para el trabajo.
- Iniciar profesionalmente al adolescente en
conocimientos y destrezas prácticas.
- Comenzar a conocer de forma gradual y progresiva el
mundo del trabajo, que tenga en cuenta lo difícil que es conseguirlo y lo fácil
que es perderlo.
- Adquirir conciencia de la necesidad de formarse para
tener un trabajo, y que se dé cuenta de que las perspectivas de futuro van por
mal camino.
- Desarrollar destrezas para la búsqueda de empleo.
c) Formación Trascendente
- Ayudar a los adolescentes a descubrir los planes de
Dios sobre su vida facilitando un proceso educativo integral incluida la visión
trascendente, presentando la persona y vida de Jesús en forma explícita y
comprensible.
- Cuando el proceso de la primera fase lo aconseje,
incorporar la catequesis sistemática como medio de educación en la fe, ya ellos
la pidan o nosotros se la ofrezcamos, y acepte pasar a la sacramentalización y
otras celebraciones de forma continuada, aprovechando los momentos fuertes de
Navidad, Cuaresma y Pascua.
- Poder descubrir a Jesús como amigo, a María como madre
y a Dios como padre y madre.
3.4.- Evangelizar
El Concilio Vaticano II, nos recuerda la obligación, que
como Iglesia, tenemos de evangelizar sobre todo a los niños, adolescentes y jóvenes
que son su Esperanza.[3]
Una Iglesia que en su
atención y preocupación pastoral, se cuidara sólo de sus 99 ovejas y
desatendiese y no se ocupase de la extraviada, no sería una Iglesia acorde con
los valores del Evangelio y lo que Jesús quiere. Solo si se acerca a los pobres
y oprimidos, se pone de su lado, lucha y trabaja por su liberación, dignidad y
bienestar, puede ser creíble.
Se puede decir que la
confianza en ella se la juega en la cercanía o lejanía de las pobrezas,
marginaciones y sufrimientos de los hombres y mujeres de hoy; en lo que se
refiere a los adolescentes en conflicto con la ley, en verles más como
agresores que como agredidos o en peligrosos y no con peligro de exclusión
social.
Con la actitud paciente del
padre misericordioso, en este año santo, y con la actitud esperanzadora del
Buen Pastor que confía en atraer a las ovejas que se encuentran extraviadas, el
agente de pastoral debe esperar confiado, aún contra toda humana esperanza, en
la resocialización de los adolescentes a él confiados.
Pautas:
- Cristo sigue ofreciendo de
forma gratuita su amor y salvación a todos.
- Que esa evangelización es
obra del Espíritu Santo que actúa a través de la mediación. La Iglesia debe
encargar esa misión a personas vocacionadas y preparadas.
- Para que la evangelización
sea real debe comenzar por presentar a un Dios padre y madre misericordiosos, y
a un Jesús amigo, cercano y atrayente de acuerdo a su nivel de maduración y
comprensión del mensaje cristiano.
- Que esa evangelización no
se realizará ni tendrá efecto si personalmente no se ha experimentado el amor y
el perdón de Dios y de los hombres.
- Que no tendrá resultados
si no se respetan la progresión de las etapas previas del primer anuncio, toma
de contacto, acción catequética y celebrativa.
- Los evangelizadores
nombrados por el Obispo de cada iglesia local, encarnando las actitudes del
Buen Pastor, se dejan invitar, les conocen por la vida del corazón, caminan
delante de ellos, predican con ejemplo y comparten sus alegrías y penas.
4.-
Conclusión. Deseo que:
- Nos fijemos en esas
familias llamadas "desintegradas" y en las que aparentemente son
"normales", y en sus hijos con carencias, cuando tienen problemas, no
cuando nos los dan.
- Apostemos por la
prevención incidiendo en los factores de riesgo y fomentando las actividades
que favorezcan los procesos de integración de estos adolescentes y su familia.
- Desde lo público,
potenciemos y controlemos la forma de actuar de los servicios sociales actuando
sobre el medio. Potenciado los educadores de familia con preparación y
competencias, aumentar los educadores de calle con recursos y medios
suficientes que contribuyan a las mejoras de los barrios.
- Respetemos los derechos
conocidos de los adolescentes en el ordenamiento jurídico y actuemos siempre
según el principio que resalta la ley: el
interés superior del menor.
- Pongamos los medios
necesarios para evitar la judicialización de las conductas de los adolescentes,
favoreciendo siempre que sea posible la conciliación con la víctima y en su caso
la reparación de los daños.
- Que los jueces en las
resoluciones de los casos, prioricen las medidas educativas y ejemplarizantes
sobre internamientos y otras medidas.
- Finalmente, que se actúe
siempre con la máxima celeridad y que se den respuestas inmediatas a la
comisión del delito o falta.
Manuel García Souto
Responsable de la Pastoral Penitenciaria
[1]
El presente artículo fue escrito por el Padre José Narbona Santamaría.
Amigoniano. Director de la Sección de Justicia Juvenil de la Conferencia Episcopal.
Departamento de Pastoral Penitenciaria. El artículo se encuentra publicado en
una separata de la revista juvenil MJ Estudios (Separata MJ 470. Marzo 2016,
pág. 13-24).
[2] Según el
Instituto Nacional de Estadística a fecha de
1 de Enero de 2015
[3] Lumen
Gentium 25
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