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lunes, 27 de enero de 2014

Dimension Espiritual de la Pastoral Penitenciaria

DIMENSION ESPIRITUAL DE LA PASTORAL PENITENCIARIA EN AMBITOS DIOCESANOS

La pastoral penitenciaria es "acción de la Iglesia" que tiene como meta hacer participes de la salvación a las personas presas, posibilitando restaurarlos en Cristo en su dimensión personal, espiritual y comunitaria.
La identidad eclesial de la pastoral penitenciaria se realiza y actualiza en la misión, a través del triple munus ecclesiae:  anuncio de la Palabra, celebración de los sacramentos y servicio a la dignificación, liberación y redención de las personas encarceladas.
En la Iglesia Local, el obispo "delega" esta función de animar y coordinar la acción de capellanes y voluntarios y la de concienciar a parroquias, agentes pastorales, etc., sobre la vulnerabilidad de "los más pobres entre los pobres".
Recordemos lo que comenzó diciéndonos el Señor:
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor". (Lc 4,18-19)
Y terminó diciéndonos el Señor:
"Venid vosotros, benditos de mi Padre: heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed  me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme". (Mt 25,34-36)
La pastoral penitenciaria es un organismo diocesano, no jurídico sino funcional, que colabora con el obispo en la dirección, promoción y coordinación de la actividad pastoral en todas las dimensiones del mundo penitenciario.
Da a conocer en la Diócesis el Proyecto Diocesano de Pastoral Penitenciaria, promueve recursos personales y materiales para desarrollarlo, colabora con otras instituciones (eclesiales y no eclesiales), procura la formación específica de los agentes de esta pastoral, sirve de puente entre la cárcel y la sociedad, coordina los recursos, actividades y servicios de las instituciones y personas que desempeñan misión pastoral penitenciaria en el ámbito de la prevención, en el de la detención, internamiento, prisión o en el de la reinserción, atiende a las familias de personas privadas de libertad que solicitan ayuda y acoge a las víctimas de los delitos a través de servicios de mediación, reparación y reconciliación.
Todos sabemos que la acción redentora y liberadora de Dios se consuma en Cristo; por eso, la acción de la Iglesia con las personas encarceladas es continuadora de las palabras y gestos de Cristo.
En la Iglesia participamos de la fuerza del Espíritu Santo; la pastoral penitenciaria lleva el Espíritu de Libertad, a todos aquellos que carecen de Él.
El Espíritu de Libertad supone una labor Integral dirigida a la persona en sus necesidades religiosas, espirituales, sociales, jurídicas, etc.; durante el tiempo de privación de libertad, porque también es tiempo de Dios.
A su vez, es una pastoral integrada en el conjunto de la pastoral diocesana, y  continuadora, pues la prisión es algo provisional, y que no ha de impedir el encuentro con la persona, el buscar su integración y comunión, animando y promocionado el perdón que nos lleve hacia una justicia restauradora.

Manuel García Souto

Capellán C.P. de Teixeiro

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